Enfócate en lo que puedes controlar

Si bien es cierto que hay muchos factores y variables que pueden influir significativamente en los resultados que podemos obtener, los Emprendedores entienden que lo mejor que pueden hacer es enfocarse en aquello que pueden controlar, que normalmente tiene que ver con las acciones y decisiones que pueden tomar y toman efectivamente.

Entendiendo que no pueden controlar lo que terceros hacen o deciden. Solo podemos controlar lo que nosotros hacemos o dejamos de hacer. Esto, obviamente, requiere fortaleza interna pues la tentación de atender a otros factores y variables, que pueden ser más llamativas y parecer mucho más urgentes, es muy grande.

Pero tenemos que resistir al canto de sirenas y concentrarnos en nuestras acciones y decisiones, en aquello que nosotros (y nuestros equipos y colaboradores) podemos controlar. Podemos identificar y contactar nuevos potenciales clientes, generar soluciones creativas para nuestros clientes actuales, proveer valor adicional al que normalmente esperarían y al que hemos acordado, etc.

Por supuesto, no podemos anticipar exactamente cuánto tiempo tomará generar los resultados que esperamos. Como ha mencionado Dan Sullivan, fundador de Strategic Coach, no existen las metas imposibles, solo los plazos poco realistas. En otras palabras, no es una cuestión de si lo que queremos conseguir es factible o realista, sino de qué esfuerzo y cuánto tiempo se requerirá para lograr lo que deseamos.

La experiencia muestra, una y otra vez, que los seres humanos tendemos a sobreestimar lo que podemos conseguir en el corto plazo (un mes, por ejemplo), pero subestimar muy significativamente lo que podemos lograr en el largo plazo (por ej., cinco años). Pero lo que conseguimos en el largo plazo está fuertemente influenciado por nuestras acciones en el corto plazo.

Por ello, Dean Jackson enfatiza que solo hay dos momentos relevantes, tanto en el marketing como en muchas otras cosas, el "ahora" y el "no ahora". Esto quiere decir que no tiene sentido preocuparnos por lo que vamos a hacer en otro momento, cuando se den ciertas circunstancias.

En la medida en que separamos el "ahora" (las acciones y decisiones que podemos y vamos a tomar en este momento) del "no ahora" (lo que no puede ser decidido o ejecutado en este momento), podemos avanzar y abrir nuevas posibilidades, de tal forma que tengamos más alternativas para nuestra próxima decisión y acción.